El Campanu de Asturias 2023
/en fauna asturiana, pesca/por albornozLa historia del Campanu en el Sella: «diez minutos bien pagados» y un «campeón de la Copa del Mundo»
Pesimismo entre los ribereños: «Cada vez hay menos salmones»
La captura del Campanu de la temporada 2023 J. M. CARBAJAL
Cangas de Onís / Pravia / Luarca / Oviedo | 03·04·23 | 04:09
Fuente: La Nueva España
«El Campanu» se hace con el campanu de Asturias. El grupo hostelero, que tiene restaurantes en Gijón y Ribadesella, compró ayer por 9.200 euros el primer salmón de la temporada de pesca con muerte, que echó a tierra en el Sella el ribereño José Vega Tomás, «El Pali», vecino de Villanueva. Fue un campanu pequeñín y muy madrugador: picó a la primera y salió a las 7.45 horas. «Para los diez minutos que me costó sacarlo está muy bien pagado», bromeó «El Pali», tras la subasta que se celebró por la tarde junto al puente «romano» de Cangas de Onís ante más de un millar de personas. En el resto de los ríos el rey de las aguas asturianas no mordió el anzuelo.
Los 9.200 euros alcanzados ayer son los mismos que el mesón «El Puente Romano» desembolsó el año pasado por el campanu del Sella, sin embargo, están lejos de los 13.200 que «El Bosque de Javita» pagó por el campanu de Asturias, en aquella ocasión pescado en el Narcea. La caída de precio es, por tanto, del 30%. No obstante, José Vega se metió en el bolsillo un total 11.700 euros, ya que el Ayuntamiento de Cangas de Onís le premió con 2.500 euros adicionales. Adrián Mori, del restaurante «El Campanu», se mostró «muy contento» tras llevarse un pez de 3,250 kilos y 72 centímetros de longitud. Es pequeño –el de 2022 pesó más del doble–, pero eso no importa porque, según destacó, «es el campanu»: «Es como ganar la final de la Copa del Mundo o incluso mejor. Es algo incomparable». El ejemplar será repartido entre los locales de Gijón y Ribadesella.
La puja estuvo animada. Congregó a una docena de restaurantes, todos ellos asturianos. Tras 16 minutos de intensa subasta –arrancó en 2.000 euros, ascendiendo de 100 en 100 cada plica–, al final Adrián Mori, en representación del restaurante «El Campanu» logró hacerse con el preciado salmón por esos 9.200 euros al imponerse al emprendedor astur-mexicano Tomás Álvarez Aja, del Grupo Nature, que se quedó en 9.100 euros.
La esperada cita arrancó con una introducción del alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro, quien recordó la figura del promotor e impulsor de la subasta, Manolo Moro, «Míster» para sus amigos, que falleció hace unos meses, «Fue una persona activa y dinámica», resaltó el regidor. También tuvo palabras de recuerdo para otra cangués que «se dedicó en cuerpo y alma» para que todo saliera a la perfección en las ediciones en las que «Míster» estuvo al mando, Francisco José González Remis, «Pachu».
En los demás ríos no hubo suerte y los pescadores son «pesimistas» para el resto de la temporada de pesca con muerte, que se prolongará hasta el 15 de julio. «Cada vez hay menos salmones», se quejan los ribereños, que son muy críticos con la nueva normativa, aún más restrictiva que las anteriores.
La subasta del Campanu RAMÓN DÍAZ
A primerísima hora de la mañana, antes de lanzar al río su caña, José Vega Tomás, «El Pali» no tenía ninguna esperanza de pescar un salmón. «Según está el río, calculo que no salga. Pero a ver si me equivoco». Y se equivocó, llevándose el premio gordo. Sobre las 7.45 horas, en el puente de Villanueva, sacó el campanu del Sella y de Asturias. «Me picó a la primera varada en el lance de El Águila, utilizando de cebo dos merucos –también de Villanueva, para más señas– y una quisquilla cocida. Lo saqué en Les Llastres, con la ayuda de César Manuel Ovalle Vega, ‘Gary’, quien se encargó de la sacadera», explicó Vega, contento y preocupado a partes iguales.
Preocupado porque, según denunció: «Nos echan del río». «De salmón solo podemos pescar en la zona de Villanueva durante el mes de abril. Desde el Parador hasta El Capitán, a partir del 1 de mayo, será todo coto para salmón; y del Parador al Sierra, coto de pesca sin muerte al salmón», lamentó. «El Pali» es natural de Villanueva, tiene 45 años y trabaja de autónomo en el gremio de la construcción. Desde siempre sintió pasión, como buen ribereño, por la pesca tradicional.
La nueva normativa de pesca provocó ayer a orillas del Sella la protesta de los pescadores. La sociedad «El Esmerillón» se concentró en los aledaños del puente romano con pancartas en las que se podía leer «Para defender el salmón, escucha a los pescadores, Barbón» o «Con esta Administración los trabajadores no pueden pescar salmón». A la protesta acudieron un centenar de ribereños y deportistas, entre ellos el alcalde cangués, José Manuel González Castro, así como también el regidor de Amieva, José Félix Fernández, entre otros.
Nada en el Narcea-Nalón
Ni campanu ni por tanto subasta. En la cuenca occidental asturiana aún habrá que esperar para festejar la primera captura. Pese al buen estado del río, no picó el anzuelo ningún salmón. El pasado ejercicio, con más de 300 piezas, las del Narcea-Nalón fueron las aguas más prolíficas de la región.
Aunque la jornada sirvió para constatar que la fiesta de la pesca del rey de los ríos asturianos no solo atrae a la población local. Los hay que peregrinan al Principado temporada tras temporada. Es el caso de un vallisoletano de ilustre apellido, Juan Delibes. El hijo de Miguel, uno de los iconos de la literatura en castellano del pasado siglo, es un devoto del salmón al que el amor por la pesca le viene por la gracia paterna. «Mi padre era muy pescador de truchas. Veníamos al salmón juntos», afirma Delibes mientras prepara la caña en la poza de Los Palos, a orillas del Nalón. Pese a residir en Madrid, Delibes viaja al Principado dos o tres veces por campaña pesquera. «He publicado un libro sobre el salmón en el que denuncio que el futuro es ‘negrillo’. En Galicia ya se están extinguiendo los salmones. La siguiente es Asturias. El número de capturas en los ríos Sella, Cares y Eo fue el pasado año el menor de la historia desde que hay registro», explica.
La preocupación de Juan Delibes es compartida por buena parte de la cuenca del Narcea-Nalón. La jornada inaugural de la temporada se resolvió sin ninguna captura. Una circunstancia no tan extraña, a juzgar por las palabras del bregado pescador José Luis López: «La entrada masiva del salmón es a partir del 10 de mayo. Igual ahora entra alguno, pero no es fácil. El año pasado por esta época fue parecido. Aunque el campanu se pescó el primer día, en el Güeyo, en Narcea, y luego no salió otro salmón en 9/10 días».
El desasosiego que invade a López obedece a una tendencia general. «Somos pesimistas con la temporada. Cada vez hay menos salmones. Creo que influye todo. Hay quien dice que son los barcos de pesca de arrastre. O las depuradoras. Los ríos no están lo limpios que deberían. Hay hierros, alambres, incluso he visto el motor de un coche…», lamenta tras una infructuosa mañana de pesca en la poza de Mansona, en el Nalón, donde también dispone la caña con pesimismo Ángel Rodríguez. «Como no tomen cartas en el asunto, nos quedamos sin salmones. Cada vez hay menos ejemplares. Puedes tener 300/400 ejemplares en una temporada buena, pero no tiene nada que ver con lo que era hace 20 años». Rodríguez aboga por una solución intermedia: la pesca sin muerte, cuya temporada comenzó hace un par de semanas. «¿Por qué hay que matar al animal? Yo lo que quiero es la lucha con el salmón. Si quieres comprar un salmón, te vas al Alimerka», comenta.
A un par de kilómetros, bajo el puente de Quinzanas, prueba suerte en las aguas del Narcea Luis Gonzalo Díaz junto a la cuadrilla con la que lleva pescando desde los cinco años. Las condiciones resultan, en apariencia, de lo más propicias. El río baja caudaloso y corre un fresco otoñal. Pero Cuervo sujeta la caña con el gesto torcido. «Si quieren proteger el salmón que lo dejen libre o que dejen pescar sin muerte. Lo que quieren es sacar dinero con los cotos, licencias… Aquí ya no hay pozo. Para que haya pozos en el Narcea, a los constructores deberían dejarlos sacar las piedras del río. El canto rodado tapa las pozas», se queja, visiblemente molesto con el cambio de normativa, un asunto de Estado en la cuenca del Nalón-Narcea. Esta temporada, a partir del 2 de mayo, que es cuando comienzan a abundar los salmones, solo está permitida la pesca libre en sus aguas los martes, miércoles y viernes. Los fines de semana solo se podrá echar el anzuelo en cotos privados. «¡Solo vamos a poder venir a pescar los jubilados!», se queja Díaz.
Y nada en el Eo y el Esva
En el río Eo tampoco hubo suerte. Los pescadores ocuparon siete cotos, pero ninguno logró echar a tierra el esperado campanu. Las condiciones para la pesca, eso sí, eran «óptimas», tal y como opinó el guarda del río Carlos González, si bien en los tramos de este cauce no es posible ver a los salmones, ya que el fondo es de pizarra y los pozos tienen mucho caudal. A la zona se desplazaron pescadores gallegos y asturianos, como es costumbre. La hostelera Yolanda Alzu sí opinó que la imposibilidad de pescar en los tramos libres afectó al ambiente: «No se puede comparar con lo que había otros años».
En el río Esva pasó otro tanto de lo mismo. El presidente de la Sociedad de Pescadores La Socala, Emilio Fernández, informó de que todos los cotos estaban ocupados, «como es habitual». «No vimos salmón, pero sí muchas truchas y reos», señaló Fernández, quien intentó la pesca en el coto Chamberí. Como ocurrió en el Eo, el ambiente no fue el de otros años porque no es posible pescar en zonas libres. En cuanto al río, «no tiene tanta agua como es de esperar en estas fechas, pero está ‘pescable’», dijo Fernández, quien apuntó que principios de abril es una fecha «temprana» para la entrada de los esperados salmones.